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domingo, 22 de enero de 2017

MICROCUENTOS "abonico"

Cultura hecha conciencia y compromiso

Aproximación a la literatura realista y de principios de siglo XX desde la creación, desde la fuerza transgresora de la microficción y el compromiso estético de la palabra en el ensayo o la columna de opinión.
Desde la lectura de Vicente Medina, la observación de nuestro entorno, de la actualidad con intención reflexiva, crítica..., aun con argumentos de ficción, sin huir de los aspectos más desagradables, nos permitirá encontrar proximidad con aquellos autores que, a finales del siglo XIX, novelaron en un marco social convulso, de revueltas sociales, de enfrentamientos, de reivindicación de derechos y libertades, de explotación infantil, de hambre, miseria, emigraciones... El reflejo de la experiencia cotidiana actual y el deseo de comunicar ha de empoderar a los alumnos para, como fotógrafos privilegiados, ofrezcan composiciones como argumentos para no olvidar aquella, recreando sucesos reales con verosimilitud o con intencionada carga crítica y concienciadora. Incluso, sin eludir el misterio, el terror o lo más sórdido de la realidad o actualidad que están viviendo (guerras, pobreza, emigraciones, desplazados, refugiados, pobreza infantil, miles de niños desaparecidos. muerte...).

Fuente: documento de Mercedes Flores Martín. Universidad de Sevilla
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1. Microcuento basado en una "historia de vida":


LA DESPEDÍA
Hecha piazos estaba España, llena de gentes lampando por unas mollicas de pan, zagaliquios escuchimizaos y paeres que tenían que marcharse lejos para ganar el jornal.

Por esos días, estaba "el Juanico" apalancao al pilón, con los sesos hechos agua de tanto pensar. El remate era irse a faenar con los gabachos, ya lo tenía tó gobernao. No quería dejar soliquias al par de perlas, su mujer y su cría, pero ya se veía con las perricas en la mano y lo que haría con ellas. Pa su Inés un sostén nuevo, los otros l'estaban holgueros y para su nena un trozo chiche, alguna galguería y una queca de las güenas, pa que no la esfaratara tan ligerico.

Brincando por el bancal llegaba la niña, plagaiquia cerriches y con las greñas fuera. S'abía enjuascao con un salagustín y el tiempo s'abía pasao volando. “El Juanico” la aupó, la achuchó y l'enseñó el retrato de los tres junticos, lo llevaría toico el día en el bolsillo durante su ausencia.

Una mansalva besos fue la despedía; cuando cantara el gallo, ya no estaría.
(Mª Inmaculada Sánchez Palazón, madre de alumna)

2.
LA AUSENCIA
Y de pronto, amanece, y despertamos en un mundo en el que la paz brilla.

Por su ausencia.
(Ana Cano García, 4º ESO)

3. Microcuento basado en una noticia protagonizada por Baset, un refugidado:

EL FOTÓGRAFO DE LA MUERTE
Siempre quiso ser fotógrafo, pues sería capaz de transmitir la belleza del mundo a través de una imagen, que, a su vez, tiene numerosas interpretaciones para cada persona. Pero, poco a poco, ese sueño se fue apagando en su interior a la vez que su espíritu infantil.

- ¡Cómo podría transmitir la belleza a través de una imagen si ni siquiera yo puedo encontrarla dentro de mí! –se reprochaba-. Vivo rodeado de tristeza, penuria, miseria y muerte, y a lo máximo que aspiro, aquí, es a poder comer dos veces al día. Estoy encerrado en este lugar, sin posibilidad de huir.

Intento mirar hacia delante, luchar por mis sueños y pensar que podré cumplirlos, pero sólo veo edificios derruidos y no puedo desprenderme del olor a pólvora y a putrefacción.

Baset volvió su cabeza y, como delirio de un poeta, vio cómo una mujer muy bella salía de entre los escombros con un ramillete de violetas en sus manos. No alcanzó a reconocer su rostro, que se escondía debajo de una sombrilla blanca más y más… Entre la oscuridad, dejó de escuchar sus pasos.
(Clara Martínez Martí, 2º ESO)

4.
EL SALTO DE FE
Y, sin más, saltó aunque no sabía qué se encontraría al final. Pero tenía que hacerlo por los suyos para que no se murieran de hambre.

Nadó, nadó como nunca lo había hecho, recordándose por quién lo hacía. Tenía mucho frío y empezaba a cansarse: sus extremidades cada vez le pesaban más y más.... Poco a poco, fue disminuyendo la velocidad y hundiéndose hasta llegar al punto de quedarse completamente cubierto de agua.

Tocó el fondo, cerró sus ojos y, para su sorpresa, vio a la persona que más extrañaba en el mundo, su mujer. La abrazó y se quedó con ella.
(Julieta Poggio Vitale, 4º ESO)

5.
LA PINTURA DE LA MEMORIA
(A José Luis Martínez Valero)
Antaño, en días como este, cuando escampaba, cogía el agüelo a la nieta y, ataviaos de chubasquero y catiuscas, llevaba a la mocosa de dos palmos al suelo a buscar serranas al monte. ¡Qué contentiquia se ponía la zagalica cuando metía uno d'esos bichejos babosos en la caracolera! Saltando como los charates y a grito pelao cantaban la canción del caracol: “¡Caracol, col, col...!”.

Como las matas de esparto, tomillo, romero... estaban mojás, se llevaban algún sustiquio; ¡qué testarazos daba la cría por ir haciendo la chota! Pero ahí estaba el hombre más fuerte del mundo, se ajibaba, le daba el besico de sana sanita y, como si no habiese pasao ná, seguían con la faena. A la vuelta, ¡uhmmm! ¡Las gachamigas! ¡Qué panzá de tocinico, de sardiniquias, de ajicos tiernos...! Cuasi pá reventar de tanta comía.

¡Qué días aquellos! Hoy no está, pero queda su recuerdo y su receta secreta. Luego a luego, si entornamos los ojos, lo vemos.
(Mª Inmaculada Sánchez Palazón, madre de alumna)


6.
ECO-FONÍA
Los oí ayer.
Gritos sordos manaban de aquellos soles apenados. Soles que no relucirán como antes.

Los oí ayer.

Pasos desesperados huyendo de una pesadilla, queriendo despertar.

Los oí ayer. Los oigo hoy. Los oiré mañana.

Y tú, ¿también los oyes?
(María Dolores García Navarro, 4º ESO)

7.
VIERNES 13
- ¡Aaaah!
- ¿Qué pasa, hijo?
- ¡He tenido una pesadilla en la que mamá y tú me cortabais y arrancabais todas las partes de mi cuerpo como ofrenda… a...!
- Tranquilo, hijo, sólo era un ritu..., un sueño. Tranquilo, que hoy es jueves 12, un día como otro cualquiera y tienes que estar descansado para mañana, un día muy especial.
(Ramón Perea Nicolás, 4º ESO)
8.
LA GUERRA
Era una noche fría y había comenzado a nevar. Iba sola y se encontraba en una calle oscura que no parecía tener fin. Estaba asustada; sólo veía formas que estaban acostadas en el suelo y una pequeña hoguera que se encontraba al final de la calle. La niebla se encargaba de ocultar aquel parque con pequeñas avenidas de flores que, entonces, invadían los saltos y risas de los niños.

Unos gritaban; estaban locos. Otros lloraban; no tenían fuerzas para seguir vivos. Y otros, simplemente, se quedaban mirándome fijamente como si yo les hubiera hecho algo malo. Empezó a correr, pero un fuerte dolor en el pecho le hizo detenerse. Un dolor tan fuerte y terrible como el de una bala enemiga.
(Sara Sánchez Luna, 3º ESO)

9.
LA CARTA
Echaba de menos aquel bienestar que reinaba en su infancia. Deseaba volver a su chimenea, que le da el calor que ella tanto añora...

Con gesto serio, la madre dejó caer la carta al suelo, y se dirigió a la ventana para escuchar el grito débil de Ana cuando jugaba con su hermano en el patio.
(Ana Cano García, 4º ESO)

10.
FALSAS ESPERANZAS
(Cardamomo y Las Cartas del emigrante, en mi memoria)
Llevábamos días huyendo hacia la frontera; apenas habíamos comido un par de pedazos de pan y un poco de leche entre los cuatro.

Pero nos alentaba saber que, cada vez, quedaba algo menos. Sobre todo, la energía que transmitían las risas de los pequeños, que nos daban más y más fuerza. En la lejanía, podíamos verlo: ya estábamos haciendo planes de futuro. Así que habría merecido la pena aun con tanto sufrimiento, pérdidas... Días de lágrimas y murria. Y es que las malas no son las tierras, que también decía el poeta.

Apenas tuve tiempo para reaccionar; sólo pude apreciar cómo mis ojos, de repente, se desvanecían en una larga y ya prolongada niebla…

Ahora, alcanzo a romper el cerco de la memoria y el odio leyendo esos versos del poeta que calman cualquier sed de venganza:
Las tierras no son malas […]
¡pero en ellas hay hombres,
que son iguales en el mundo entero! (Vicente Medina)
(Violeta Jara Vicente, 4º ESO)

11.
LA DESPEDIDA
Fátima tan solo era una adolescente obligada a cuidar de sus tres hermanas pequeñas y su madre enferma; su padre, al parecer, había muerto en la guerra antes de que ella naciera. Fátima dedicaba su día a día a su madre y hermanas. El poco dinero del que disponían lo necesitaban para las medicinas de aquella y los pocos alimentos que se podían permitir. Se veía sin salida: su madre empeoraba y apenas llegaban a final de mes.

Un día, un desconocido encontró a Fátima llorando en la calle. Esta notó confianza en él y le contó su historia. Siro, que así se llamaba, se conmovió al escuchar sus palabras y trasladó a la familia de Fátima a su casa.

Semanas más tarde, Siro no apareció por la casa. En su cuarto, la madre de Fátima halló un sobre cerrado. En su interior, una vieja cruz de madera y un tintero lleno.
(Mª Carmen Sánchez Ayala, 4º ESO)

12.
LADRONES DE ALMAS
En la sala contigua, oía gritos de dolor, gritos tan terroríficos, que me producían pesadillas. Ya quedaba menos para mi turno –pensé-; había visto cómo, poco a poco, se llevaban a mis compañeros de celda y cómo estos, cuando salían de esa sala de… torturas, ya no volvían a ser los mismos.

No eran personas: habían sido martirizados, les habían lavado el cerebro y los habían convertido en armas letales. Ya no tenían voluntad ni para dejarse caer al suelo, y, cuando alcanzabas a mirar sus ojos, estos estaban vacíos, y sus manos, sarmentosas y sin nada que llevarse a la boca en ya demasiado tiempo.

Oí cómo los agentes se iban acercando a mi celda. Intenté pensar algún plan de huida, pero vi que era imposible y que lo mejor era, finalmente, dejarse llevar. Cerré los ojos y pensé en todos los buenos recuerdos y en todas las buenas personas antes de que me los arrebataran de la conciencia.

Pasaron los días y las noches…

Al despertar, encontré la celda abierta, tan huera como mis ojos. Frente a mí, sentada, una sombra.
(Violeta Jara Vicente, 4º ESO)
***
La actualidad se empeña en ser tozuda, y nos da suficientes consignas y argumentos con que abordar, imaginativamente y con fines reparadores y transformadores, los problemas que Vicente Medina nos evoca y sugiere en sus cartas (la pobreza, la emigración, la desigualdad, la falta de trabajo, la guerra, las alegrías y sinsabores de la vida misma...) que, como señala José Luis Martínez Valero (2009), adquieren un tono universal. "Depúrense estos dos extremos, lo popular y lo cosmopolita y empezaremos a aproximarnos a Vicente Medina: ¡Qué manera de sonar/ las campanas de mi pueblo!../ Las tocan allá en España/ y en América las siento!". (p. 43).
***
13.
17 DE JULIO DE 1936
(Isidro, en la memoria, para tantos “Isidros”)
Jamás olvidaré esa fecha.

Días antes, recibimos ese sobre que tanto rehuíamos y temíamos: Él tenía que marchar a esa… absurda disputa de Estado. Al leer esa horrible noticia plasmada en un insignificante papel, sentí cómo, poco a poco, cada palabra me desgarraba más el alma. Las lágrimas cayeron sin cesar y lo que más me angustiaba era que eso no cambiaría nada.

Mi único deseo era huir con él lejos de este intenso dolor, pero, entre sollozos, recogía sus enseres (la llamada era inminente). Decir “adiós” fue lo más duro. Tras un beso con sabor a esperanza, partió, y lo único que yo me preguntaba, al ver cómo su figura se difuminaba en aquel estrecho camino de tierra, era… ¿volverá? Y si vuelve, ¿será el mismo? Y… ¿quién seré yo? 
(Miriam Sánchez Aulad, 4º ESO)

14.
BUSCANDO UN PAN
Liam, con tan sólo catorce años, tuvo que marchar desde Ceutí hasta Alemania. Él tenía siete hermanos y fue el único que tuvo que marchar a ganarse su propio pan.

Trabajando en una fábrica en Alemania, conoció a una mujer de su mismo pueblo. Juntos volvieron para España pero, esta vez, a Albacete. Ahí creó un restaurante donde sus trabajadores, mejor dicho, amigos, lo querían mucho.

Pasados unos años, volvió a Ceutí y se quedó con el restaurante “El mirador”, donde, años después, acabaría jubilándose.
(Sandra Nieto Honguero, 1º ESO)

15.

TIERRA DE PROMISIÓN
Acompañaos de bórea, llega al viñedo la cuadrilla de jornaleros españoles, tós del mismo pueblo, pueblo vacío de hombres, lleno de viejos, mujeres y niños, miseria y hambre, esperanzaos con el dinero que llegará de tierra extranjera.

Con la capaza cargá a las costillas, comienzan la recolección: es un no parar mientras que dura el sol: agachaos, levantaos, corriendo de aquí p'allá, que si al tractor, que si al camión... No ven la hora de volver al barracón; con el lomo partío y comíos por los mosquitos, terminan el día enjonzaos.

Pocos días les quean pa volver a su tierra querida, a su Murcia, a su huerta, al hogar con sus familias.
El amarillo asoma en las hojas y los pájaros s'espiden como lo harán ellos.

Montpellier, ¡anda con Dios!
(Mª Inmaculada Sánchez Palazón)

16.
NATURALEZA MUERTA
No podría decir si desperté en medio de la oscuridad o en pleno día, sólo sé que mis ojos únicamente veían barbarie y destrucción. “Lo vi el otro día”, “lo oí ayer”, “lo estoy viendo”…

Miles de cuerpos se encontraban en la arena, a orillas de la playa; parecían estar tomando el sol, pero yo comprendí que ya su momento había acabado, que ni el más potente de los soles lograría tornar su pálida tez en morena, pues esos cuerpos ya no tenían vida.

Cangrejos y gaviotas se acercaban a ellos a probar suerte, aunque sólo los más valientes se quedaban, pues hasta sordo uno, podía escuchar los gritos de esas almas que se desprendían de sus cuerpos, volando hacia un cielo gris del que sólo caían artilugios mortales que sellaban los labios y cerraban los ojos.
(Clara Martínez Martí, 2º ESO)

17.
EL ÚLTIMO BAILE
Seguí caminando, intentando no pisar ningún miembro de nadie, tratando de no despertarlos de su sueño eterno, el cual, en la mayoría, había llegado antes de tiempo.

Decidí armarme de valor y mirar hacia el frente, hacia el horizonte, buscando algún rastro de esperanza, pero mis ojos no encontraron sino el cuerpo de un niño de apenas 3 años que se dejaba mecer por la suave danza de la marea, cual hojas movidas por el viento, bailando su ultimo baile. Su rostro reflejaba la vida que el pobre había llevado y que tan mal se había comportado…

Corrí hacia el agua para sacarlo y dejarlo reposar en la arena, pero, en ese instante, el reflejo del sol sobre el agua cegó mis ojos, y, cuando volví a abrirlos, el niño ya no estaba. En su lugar, una débil hoja se dejaba llevar por la suave marea.
(Clara Martínez Martí, 2º ESO)

18.
FÁBRICA DE MONSTRUOS
Y así, como si nada, una vida se va entre las yemas de tus dedos. ¡Y no vuelve, jamás volverá!

Tal vez, no te sientas culpable; tal vez, pienses que se lo merecía…, pero nadie merece morir así.

Hoy, un trocito de tu alma también ha muerto y no volverás a ser el mismo.

Así se crean los monstruos: a tu imagen y semejanza.
(Violeta Jara Vicente, 4º ESO)


19.
PETICIÓN DE AUXILIO
Ayer la vi, la vi, en las noticias, anunciada para mover corazones, anunciada como un grito de auxilio sin ser gritado, anunciada con miles de miradas perdidas, anunciada con la imagen de los refugiados, refugiados sin un lugar donde refugiarse.

Ayer la vi. Vi la triste y desesperanzadora realidad.
(Valeria López Miñano, 4º ESO)

20.
LA CUENTA
¿Ande se esconde el macareno por esas tierras? En esta fría tarde que tanto lo echo de menos, en mi Ceutí, calienta bien. ¿Ande estará?

Mi mujer, mis hijos, mi pueblo. ¡Qué ganas de verlos!

Días mojaos sin fin que cuento con mis callosos deos de las manos para volver con ellos.
(Modesto Abenza Villa, 4º ESO)

21.
AGAZAPADA
Sus sentidos apenas percibían nada. Tan solo el suave tacto de la venda que cubría sus ojos y la dura textura de las cuerdas que la amarraban a la cama. Pasos. Risas. Más risas. Se abre la puerta.
-Ahí la tienes- dice una voz áspera con un tono de desprecio que no dejaba lugar a dudas –. No te molestes en hablarle, no entiende nada.
-¿Y los golpes?
(María Ayala San Nicolás, exalumna IES “Felipe de Borbón”)

22.
DES-LIBERTAD
Salimos de una guerra para adentrarnos en una batalla inesperada. Ya no estallan bombas, pero nos escupen palabras cargadas con el mismo odio.
(María Ayala San Nicolás, exalumna IES “Felipe de Borbón”)

23.
MIEDO
Cuando la luz entró por las rendijas de la persiana de su habitación, no tuvo más remedio que despertarse.

Lo primero que hizo fue coger el móvil de la mesilla, como hacía siempre cada mañana nada más abrir los ojos, para encontrarse con la falta absoluta de notificaciones.

Desbloqueó la pantalla y eligió, en el reproductor de música, algunas suaves melodías que le ayudaran a coger energías para poder salir de la zona de confort que le ofrecía la cama. Aunque la música no tuvo efecto alguno.

Se volvió a tapar con la manta y el edredón fuertemente, intentando esconderse de un mundo que le daba miedo.
(Alejandro González García, 4º ESO)

24.
SU ÚLTIMO TREN
Ella corría y corría, sin nada de equipaje, aquella noche. Las paredes de las casas, sin luz, hacían de la calle un imponente túnel.

Su voz volvía a detenerla:
- ¿Con quién has estado, zorra, con quién...? ¡¡¡Dime!!! -le gritaba mientras clavaba sus zarpas en su pecho.

Ella corría y corría, sin nada de equipaje...
(Marina Ibáñez Sánchez, 4º ESO)

25.
¿POR QUÉ  NO SON ETERNAS LAS MADRES?
María era una chica que odiaba a su madre porque se había separado de su padre. Siempre, cuando la madre le regañaba por cualquier cosa mala, ella, por las noches, se escapaba de su casa y se iba de fiesta. Todo su rencor y odio no desapareció con el pasar del tiempo.

María cumplió su mayoría de edad y empezó a salir con alguien que, un día, le habló así:
-      María,  no todos los amores son eternos. Ella te llevó en su vientre durante 9 meses, tuvo horas de sufrimiento hasta que tú naciste…

María se levantó y salió corriendo con lágrimas en sus ojos. Estuvo desaparecida dos días, y decidió volver a su casa. Al llegar, vio una ambulancia en la puerta y a sus vecinos llorando.
(Mariley Fernanda Díaz Calle, 1º ESO)

26.
PENTAGRAMA EN EL MAR
Entre las olas del mar se escucharon llantos de aquellos que nunca volverían a pisar tierra firme.

Cada nota expresaba el DOlor de ellos, el REcuerdo olvidado, MIles de lágrimas, FAmilias perdidas, SOLes que caen con la guerra, LAmentos de los olvidados y el SIlencio impuesto por un mundo cruel.

Y el mundo asistió al desconcierto.
(Alejandro Campillo López, 2º BACH.)

27.
CORAJE SIN MANOS
El recuerdo de cuando estalló la guerra se aparece constantemente en mis sueños.

Era un día alegre hasta que vimos a la gente huir de las explosiones que se oían a lo lejos. Mi mujer y yo empezamos a huir pero, de repente, una explosión derrumbó un edificio. Quedamos atrapados entre los escombros: mi mujer había sido gravemente herida. Yo buscaba alguna manera de salir mientras pedía ayuda gritando. Un soldado vino a socorrernos, apartando los escombros para que pudiéramos salir, pero ella estaba muy herida y no pudo sobrevivir. Sus últimas palabras fueron: “Sigue adelante y vive”. Verla morir… La tristeza inundó mi corazón y no pude evitar llorar. El soldado me sacó entre los escombros y me llevó a un refugio.

Pasados unos días, decidí alistarme al ejército.

Ahora, me toca enfrentarme a mi destino.
(David Bravo Fernández, 4º ESO)

28.
SOLILOQUIO 
Qué triste es nacer en el lugar equivocado, ¿verdad? ¡Qué vergonzoso tener que soportar su trato! Millones de esperanzas rotas, sueños que se van a la deriva… ¡Todo por una promesa incumplida…! ¡Mi cuerpo, mi dignidad, mi vida…! Todo por la ilusión de una vida mejor tras… ¡esa muralla de acero!

No tuve que esperar mucho. Pude ver, con el tiempo, cómo todo lo que tenía ese hipócrita se desvanecía, cómo sus riquezas se transformaban en miserias. Ni siquiera me produjo satisfacción alguna.

Ahora, ya ni oigo el viento…
(Miriam Sánchez Aulad, 4º ESO)

29.
EL ÚLTIMO “YO”
Cada vez que cierro los ojos, lo veo, lo oigo, lo siento. Veo el sufrimiento y escucho gritos de dolor tan ahogados que llevo años sin dormir del tirón. Llevo años con un temblor incesante en todo el cuerpo y una incertidumbre y un temor que me embriaga y me deja sin aliento.

Mi expresión, mi antiguo yo está tan perdido y destrozado que me he convertido en un personaje del “Guernica” andante.

Han pasado ya 20 años. La gente dice que es normal, que me está permitido estar así. Ellos ni se imaginan lo que veo cuando cierro los ojos. Una antigua vida muerta y miles de horrores a continuación.

No volverá mi antigua vida, mi antiguo yo. No volverán esas vidas que padecieron hasta la muerte. No volverá esa gente inocente ni esa gente culpable. No volverán porque hace ya veinte años que el mar muerto lleva un poco más de muerte consigo, entre ellas la mía.
(Violeta Jara Vicente, 4º ESO)

30.
EL ESPEJO
Siempre se oían unos ruidos muy extraños en la habitación de los trastos. Un día, me adentré en la habitación donde lo único que había era un auténtico laberinto. Ahí solían estar guardadas las armas de mi padre, que había utilizado en la guerra.

Mi padre no había vuelto. Me decidí a entrar y buscar el motivo de aquellos ruidos. En un rincón, un espejo me devolvía su imagen.
(Sandra Honguero Nieto, 1º ESO)

31.
LAS VUELTAS DE LA VIDA
Nadia era una niña muy caprichosa. Un día se le empezó a caer el pelo y empezó a no poder andar. Sus padres la llevaron al médico, que le detectó cáncer.

Sus padres empezaron a ver la vida de otro color y ella cada vez la apreciaba más. Pasaron unos años y ella lo único que quería era su vida de antes para poder salir a la calle e ir al parque…

Pasaron los años. Nadia se curó. Lejos de ser caprichosa, se hizo una mujer muy buena y honrada a la cual la gente apreciaba y quería. Y así es como Nadia afrontó su enfermedad.
(Sandra Honguero Nieto, 1º ESO)

32.
AMOR A LA VIDA
Ese coche, en el cual iba una mujer que no sabía conducir, iba sin un rumbo fijo por aquella carretera. Ella, aquel día, así lo decidió.
(Marina Ibáñez Sánchez, 4º ESO)

33.
LOS RECUERDOS
Aquel salón representaba su vida, en la cual él se veía profundamente hundido, ya que, un día, su felicidad se desvaneció allí mismo.
(Marina Ibáñez Sánchez, 4º ESO)

34.
EL PUEBLO
Detrás de aquella fotografía familiar, había una historia de la que aquel pueblo sólo creaba distintas versiones. Las habladurías eran muchas, y todas irreales…

Detrás de aquella fotografía, había una familia con una historia marcada.
(Marina Ibáñez Sánchez, 4º ESO)

35.
EL JUEGO
Una mirada incorruptible se escondía acompañada de un rostro ensangrentado y una carcajada cortante que resonaba en aquel sótano repetidas veces.
- Mami, ¿ellos también juegan con nosotros? -pronunciaban aquellos labios tan puros.

Todos miraban, con asombro, aquella escena.

¿Cómo aquel renacuajo podía afrontar entre risas todo lo que estaba pasando, y ellos, entre sollozos, temían aquel juego?
(Ángela Martí Rivera, 4º ESO)

36.
PARECIDOS RAZONABLES
Entre los restos de sus vencidos, las fotografías estaban a sus pies, rotas en mil pedazos, al igual que las personas que estaban retratadas en ellas, pero a aquel humilde soldado le llamó la atención la más pequeña de todas, la más escondida, la única superviviente, que le recordó su hogar, a su familia, y, sin saber por qué, sus lágrimas brotaron de sus ojos.
(Déborah Ruiz García, 4º ESO)

37.
LA ESPERANZA
Los sonidos procedían de arriba. Estábamos asustados, escondidos en nuestra madriguera, como pequeños animales huyendo de un ave rapaz. Los pasos cada vez sonaban más cerca del lugar donde creíamos estar protegidos, los minutos parecían horas…

De repente, nuestro refugio se iluminó, la puerta que nos aislaba del exterior había caído, nada nos separaba de la realidad.

Nunca olvidaré las palabras que surgieron desde allí: ´´¡La guerra ha acabado!´´
(Déborah Ruiz García, 4º ESO)

38.
HUIDA DEL ODIO
Todavía escuchaba esa voz en su cabeza, la que le prohibía, salir, huir… Todavía oía su clamor:
- ¡¿Dónde vas así vestida?! ¡Eres una guarra!  -escuchaba aún como un eco lejano y perturbador.

Pero ella, esta vez, decidió desobedecer a su dueño; acompañada de una maleta pesada, cargada de sueños e ilusiones, y junto a un pequeño retoño de ese amor incierto.
(Carmen Álvarez Lara, 4º ESO)

39.
VIDAS ROTAS
Una fría noche de invierno, llegaba una gran patera a la costa mediterránea. En ella, viajaban cuarenta personas, entre ellos cinco niños pequeños y dos embarazadas.

Llegaron al puerto, donde fueron ayudados. Uno de los niños, Mohamed, de 12 años, lloraba desconsolado. La policía le preguntó:
- No llores más, que estás con nosotros.
- ¡Mi madre ha muerto en el mar!
(Paula Abad Bolarín, 4º ESO)

40.
AMOR NO CORRESPONDIDO
Alberto y Fátima se conocieron un veinte de febrero en el instituto. Rápidamente, se enamoraron. Tan sólo tenían 14 años.

Fátima le contó a  Alberto que sus padres no aceptarían su relación, ya que ella estaba comprometida en su país con un señor de 45 años.

Los portales empezaron a convertirse en los primeros confidentes. Después, la tierra de por medio…
(Paula Abad Bolarín, 4º ESO)

41.
LA HERIDA
Una madre paseaba con su hija por un jardín. La niña, de repente, se cayó y se hizo una pequeña herida.
- Mira, mamá, llevo tatuajes como tú.                                              
La madre, con los ojos llorosos, apartó la mirada de la hija y siguió caminando.
(Paula Hernández Jiménez, 4º ESO)

42.
LA ELEGANCIA
Una tarde oscura de invierno, con lluvia y viento, se encontraban unos niños en el suelo. Al pasar cerca, una señora muy elegante los miró con desprecio como si de basura se tratara. Aun así, miró su monedero y, como vio que no tenía dinero, siguió su camino.

Al rato, pasó una mujer no tan elegante como la anterior, y ella, nada más verlos, les dio un abrazo, se los llevó a su casa, les ofreció un chocolate y charló con ellos.

Todo eso a los niños les fue más valioso que cualquier moneda que le pudieran haber dejado.
En esa tarde oscura, se vieron pequeñas luciérnagas sonreír.
(Paula Hernández Jiménez, 4º ESO)

43.
REFUGIADOS
La guerra había estallado en Siria, donde las bombas y las sirenas estaban a la orden del día. Dormía asustado, vivía con miedo Abdel, un niño de siete años, que se tapaba la cara con un pañuelo para no ver nada. Su padre, en silla de ruedas; su madre, ciega, todo fruto de los bombardeos habidos en el país.

Sólo él se encargaba de ir a por la comida diaria que daba una ONG. Uno de esos días, a mediodía, Abdel salió a buscar la comida, escondido entre callejones. Fue entonces cuando comenzaron los bombardeos; la gente corría despavorida, sólo se veía polvo en las calles y caer gente al suelo, heridos y muertos.

Abdel despertó, en un hospital de Frankfurt, con la cabeza vendada y una pierna escayolada. No sabía dónde estaba ni qué había pasado. Las enfermeras y los médicos le dijeron que estaba a salvo: un oficial español lo sacó del país en un coche de Cruz Roja, junto a sus padres. Abdel sonrió. Posteriormente, aparecieron sus padres, quienes abrazaron a su hijo. Estaban todos a salvo; les habían concedido el asilo político. Nunca más tendrían que volver a su país mientras durara la guerra. Ya eran refugiados de guerra.
(Belén Martínez Sánchez, 1º ESO)

44.
LA BLANCA LUZ
Desperté, ya era de noche, y la echaba de menos. Sólo conservaba su pañuelo, manchado con un líquido rojo que parecía jarabe y el aroma de su perfume. La última palabra que escuché: ¡Corre! Y, después de hacerlo, me di cuenta de que dejaba algo atrás.

No pude soportarlo más, no podía dormir ni comer, estaba casi en los huesos; pero, si salía, ellos me encontrarían, me llevarían con mi madre y mi hermana. Me quedé quieto hasta que ya no escuché más el sonido de los truenos de los hombres.

Cuando creía que todo había pasado, salí, divisé el horizonte y todo se volvió blanco.
(Julieta Poggio Vitale, 4º ESO)

45.
LA PLAGA
Casas agujereadas por las armas. Calles rebosantes de metralla. Cuerpos mutilados por las bombas. Cementerios repletos de cadáveres. Fronteras repletas de refugiados.

La guerra es la plaga que asola el mundo.
(Pablo García García, 4º ESO)

46.
VIEJOS AMIGOS
Es curioso cómo cambia todo. Hace tan solo unos años jugaba entre estas casas y ahora aquí me tenéis, atravesando cabezas y explotando edificios. Lo que daría por volver a mi niñez, con estas calles despejadas de muertos y mis amigos corriendo por ellas, en lugar de que ahora me apunten con un arma desde el otro extremo de la avenida.
(Pablo García García, 4º ESO)

47.
CRUCERO
“Una playa, un puerto, una cala, cualquier sitio es bueno para empezar la extraordinaria aventura del fin del resto de tu vida”. Así me lo dijeron. Todos felices, todos contentos; la tierra prometida está ahí al lado.

Todo cambió en un segundo: dolor, sufrimiento, angustia... muerte. Gente sin escrúpulos, espaldas mojadas, familias huyendo de la guerra, todos dentro del mismo saco.
Ahora, un mar de chalecos naranjas nos diferencia del resto del mundo: o vivos o muertos.
(Isabel García Guillamón, 4º ESO)

48.
TODO ERA UN SUEÑO
Ayer lo oí, lo oí. Estaría soñando despierta. 

Después de haber leído su carta, me di cuenta de que jamás lo volvería a escuchar.
(Lidia Ortiz González, 4º ESO)

49.
ERA TAN FELIZ
¡Yo era tan feliz, feliz de tenerte, de poder abrazarte, de poder estar contigo…! Hasta que llegó el día… Tú, con el pañuelico y yo, yo con otro pañuelo secándome las inmensas y tristes lágrimas.
(Lidia Ortiz González, 4º ESO)

50.
EN LAS GARRAS DEL ABISMO
Todo comenzó inocentemente.

Lo encontré en la red. Empecé a hablar y me enganche a él  cada vez más y más… Me enamoré, lo reconozco, y accedía a todo lo que me pedía.

Hasta que llegó un punto que me solicitaba cosas alocadas, cosas impensables en mí… Yo no quería pero, sigilosamente, me obligaba, me sofocaba, me avergonzaba… Hasta que me hundí… tan profundamente que ni la luz vi.  
(Celia Pay Vigueras, 4º ESO)

51.
AMOR PROFUNDO
Fue un adiós llorao, hace ya tres años en la estación. Él, subío en el tren; ella, pará en el andén, y entre los dos, la promesa de volverse a ver. El hambre lo hizo marcharse al extranjero; el paere la hizo quearse. Los dos enamoraos.

La zagala, desde el puente, le contaba al Segura que'l cartero ya no la visitaba; lenjos quearon las promesas.

Con l'ojos empañaos y la última carta apretá en su puño, saltó.
(Mª Inmaculada Sánchez Palazón, madre de alumna)

Nueva escritura basada en consignas (para un examen) que siguen conectando el proceso de escritura del alumno con el currículo. 

52.
LA HUIDA DE JOSÉ
Mi dueño era José. Ambos nos encontrábamos en un país donde la pobreza predominaba. Todos los días los bombardeos eran frecuentes a nuestro alrededor, y solo podíamos observar lágrimas, pena y muerte.

Cada día, José me miraba para olvidarse de las adversidades a la que se sometía día a día. Siempre me llevaba encima, solo buscaba un futuro digno en el que tener una migajica de pan para llevarse a la boca, por lo que emprendió el viaje de la esperanza.

Al divisar la tierra prometida a lo lejos, me miró aliviado, y, en ese momento, se dio cuenta de que una nueva vida me esperaba.
(Belén Martínez Sánchez, 4º ESO)


53.
LA NOCHE DE MI VIDA
Martes 19, iba caminando por la calle. Venía, como cada día, de acostar a mi abuelita. De repente, escuché una voz quebrada: 
- Por favor, échame una mano -me suplicaba.

Sin embargo, asustada, salí corriendo.

Al día siguiente, a la misma hora, volví a escuchar las mismas palabras; pero, esta vez, me acerqué y vi a una mujer con la mirada perdida que, con las manos, suplicaba ayuda.
Escuché su historia. Estaba sola y con una maleta. En su mano, un pañuelo mojado.
(Blanca Florenciano García, 4º ESO)

54.
AMIGA
Una muñeca, una simple muñeca la acompañaba cada día. La protegía de llantos y discusiones que había a su alrededor.
- ¡Calla! ¡Calla! -gritó enfurecido.

La niña, asustada y escondida bajo la mesa, abrazó a su muñeca.
(Celia Pay Vigueras, 4º ESO)

55.
LA CARTA
A la espera de noticias, ella aguardaba en silencio. 

El silencio se quedó.
(Celia Pay Vigueras, 4º ESO)

56.
LA TIENDA DE CAMPAÑA
Los niños jugaban alrededor de la tienda, ajenos al hecho de que, dentro, su madre lloraba abrazada a su marido.

Caía la noche, y, con ellas, las risas de los niños se apagaban con la luz de la luna.
Nadie hablaba ya, nadie pensaba, nadie soñaba. No hablaban para no despertar a los niños; no soñaban por no imaginar lo inalcanzable y no pensaban para no sufrir.
(Sara Sánchez Luna, 4º ESO)

57.
LA MALETA
Mi amo y yo vivimos en Damasco, donde fuimos sorprendidos por un tiroteo en el que mi dueño perdió a su mujer y su hijo. Poco después, una bomba destrozó nuestro hogar y nos vimos obligados a vivir en la calle.

Por las noches, el frío llega a ser mortal. Un fuerte catarro tiene a mi amo en manos del destino...
(Juan Carlos Pelayo Ocaña, 4º ESO)

58.

UNA MALETA POR CASA
Cogió mi asa y abrió la puerta. No sabía a dónde iba. Él dejaba atrás a su familia, que, pañuelo en mano, lo despedían desde el andén. Aún recuerdo el ligero traqueteo del tren y la ropa rebotando dentro de mí.

Cuando llegamos, me vació y me guardó en el armario. En aquella oscuridad, no podía sacarme de la cabeza los llantos de sus hijas. No sé cuánto tiempo pasé allí. Le escuchaba llegar y, tras largas jornadas de trabajo, sus sollozos, y hasta el hervir de la olla.

Un día, con una sonrisa de oreja a oreja, abrió el armario y me cargó de nuevo. Qué bien me sentaba el traqueteo del tren después de tanto tiempo. A la llegada, en la estación, nada era igual.
(Pablo García García, 4º ESO)

59.
FUTURO VACÍO
Estaba rescostado, mirando hacia aquel cielo estrellado que le solía cubrir como una manta desde hacía meses. Nadie le dijo que aquel viaje iba a ser tan duro, nadie le advirtió que aquel viaje iba a ser tan duro, que no tendría más que cartones para resguardarse del sol y la lluvia. Pero lo que sí le dijeron es que aquel viaje le libraría de la guerra y, sin duda, no le habían mentido.
Entre fronteras, aquella maleta llena de esperanzas que lo acompañaba comenzó a vaciarse.
(Cristina Marín Martí, 4º ESO)

60.
REFUGIO EN LA ESPERANZA
Marcaron el destino que querían tomar. Y un único objetivo: alejarse de esa realidad devastadora. 
Cogieron la maleta, ya arrastrada durante tantos años. Abandonaron la injusticia social a la que estaban sometidos. Una maleta que nunca estuvo llena de felicidad por tener un hogar seguro o alcanzar a ver un abrazo sincero. 
Al llegar a su destino, tomaron en brazos su maleta y guardaron sus miedos.
(Marta Egea López, 4º ESO)

61.
NOSTÁLGICA ACTUACIÓN
Siempre paseábamos juntos. Todos los días, juntos, creábamos películas por todas las personas que discutían... Su sueño era ser actor. 

Me daba de comer las migajas que caían de su boca y, por las noches, volvía con nuevos amigos y dormíamos acurrucados los tres, cuatro, cinco... Mala suerte tuvo con nacer en... ¡Bendita tierra cálida! Recuerdo la noche en la que me hizo una actuación, una nostálgica actuación en la que acababa viniendo la ambulancia y él desaparecía.
(Fco. Javier Sánchez Garrido, 4º ESO)

62.
VIDA ENTRE ESCOMBROS
Desde que tengo... o no tengo memoria, vivía con él. Éramos compañeros de batallas y confidencias varias. Todo eran risas y muestras de cariño hasta aquel día. 

Nos despertaron ruidos de explosiones. Y nos hallaron entre escombros. Mi amigo perdió un ojo y, desde ese día, vivimos huyendo. Decidí arrancarme el ojo de las costuras para que no se sintiese solo, porque éramos un equipo. 


Me desperté en una tienda. Me estaban cosiendo dos nuevos ojos iguales para regalarme a otro niño. Y pude ver los horrores de este mundo.

(Violeta Jara Vicente, 4º ESO)

63.
NADIE
Los niños jugaban alrededor de la tienda de campaña, ajenos a la realidad. Dentro, una madre lloraba abrazada a su marido. Caía la noche y las risas de los niños se apagaban a la luz de la luna. Ya nadie hablaba, para no despertarlos; nadie soñaba, para no desesperar ante lo inalcanzable; nadie pensaba, para no sufrir.
(Sara Sánchez Luna, 4º ESO)

64.
CARTA DE CUMPLEAÑOS
Era una mañana más. Mamá había preparado el desayuno favorito de Manuel para que, cuando se despertara, tuviera un buen comienzo el día de su cumpleaños.

Manuel bajaba las escaleras cuando sonó el timbre. Carta certificada. Manuel anegado en lágrimas, debía abandonarnos en doce horas. Y comenzó a meter sus pertenencias en la maleta roja de papá.
(Ana Belén Jiménez Hernández, 4º ESO)

65.
FANTASÍA
Me incorporé a una familia acomodada en la que su mayor preocupación era pensar en un nuevo destino de vacaciones. Cuando me nombraban, era un contexto en el que no cabía lugar para la tristeza; todo era felicidad y entusiasmo por ver qué les depararía su rumbo.

Una mañana, me desperté de un sobresalto. Me lanzaron contra la cama violentamente. Algo iba mal; todo a mi alrededor comenzó a desaparecer.

Pasó el tiempo, y yo cada vez más descosida. A mi alrededor, desdicha. 

Cuando ya lo veía todo perdido, una aguja vino a verme.
(Ana Cano García, 4º ESO)

66.
2047
(A los alumnos de 4º ESO)
Ellos no callaron; gritaron, en papel, las injusticias del mundo en el que vivían: la guerra de Siria, la violencia de género, el bullying, la emigración, el abuso de los gobiernos... Ellos no callaron; cuando aún iban al instituto, dejaron de ser ovejas dirigidas al corral. Opinaron, se rebelaron, tiraron piedras de papel contra los muros; como en la fábula del colibrí, "hicieron su parte". 
Hoy, se lo cuentan a sus hijos.
(Mª Inmaculada Sánchez Palazón, madre de alumna)





























8 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho el microcuento de Violeta Jara titulado “Los ladrones de almas”, el cual me recuerda una serie que vi hace tiempo, especialmente, cómo los trataban: como si no tuvieran sentimientos ni piedad al hacer tal cosa.

    Creerse con la autoridad de poder jugar con un cuerpo ajeno y con sus mentes libremente, sin tener que dar cuenta de su barbarie.

    Qué bien refleja Violeta ese sentimiento de duda por no saber si será el siguiente o qué les harán ahí a esos hombres que cambian radicalmente.

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  2. Uno de los microcuentos que más me ha llamado la atención ha sido el titulado "La elegancia", de Paula Jiménez. En él, su autora ha ponderado, sobre todo, la humildad de muchas personas que prefieren ayudar mostrando su cariño a los que más lo necesitan. En el otro lado, quedan aquellas otras (como la mujer de apariencia elegante) que, supuestamente, podría permitirse, económicamente, ayudarles más que la otra señora; sin embargo, los mira con desprecio y sigue su camino. Destaco, pues, la elegancia de la humildad.

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  3. Me ha llamado la atención el microcuento ‘’La cuenta’’ de Modesto. Me ha recordado cuando me fui una semana a Irlanda: el hecho de levantarte un día y notar la escasez del sol de Ceutí y estar alejado de mi familia. Por otra parte, ha plasmado la melancolía que sienten las personas que tienen que salir lejos de su tierra natal a encontrar trabajo. Es un tema de bastante actualidad que me hace recordar las historias que mi padre me contaba de mi abuelo cuando se fue a trabajar a Alemania. Plasma muy bien un sentimiento de amor hacia la tierra de uno y que nos damos cuenta de que es algo propio de una época concreta.

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  4. Tan buenos son los textos creativos como los comentarios subidos por sus compañeros. Buen trabajo el de estos alumnos.

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  5. El microcuento "Vidas rotas" de Paula Abad, me ha llamado la atención, ya que me ha hecho reflexionar sobre la situación de muchísimas personas hoy en día. Estas personas se juegan la vida por poder habitar en un lugar libre de guerras y económicamente mejor, por lo que los padres hacen todo lo posible por mantener a sus hijos a salvo de la guerra y el hambre. En muchos casos, desgraciadamente, son demasiados quienes acaban muriendo.
    Se supone que vivimos en la mejor etapa de nuestro planeta Tierra, en el s. XXI, pero las guerras y los refugiados sirios hacen ver la poca solidaridad y la poca empatía que tenemos.

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  6. Me ha parecido realmente bueno el microcuento El Juego, de Ángela Martí. Tanto la composición como el mensaje son fantásticos.
    Comienza creando una sensación de intriga en el lector, utilizando unas palabras que chocan entre ellas, por la dulzura reflejada frente a la brutalidad del acontecimiento. Continúa con un diálogo entre el pequeño y su madre, en el que entrelaza la inocencia de un niño con el dolor de los acontecimientos, acompañados por sangre y lágrimas. Termina con una pregunta abierta al lector, mediante la cual logra asombrar al público y, a su vez, consigue dejar abierta la línea argumental del microrrelato (aún más que cuando comenzó).
    En cuanto al mensaje, resulta sorprendente cómo consigue abarcar tantos posibles temas y situaciones que se adaptan a estos acontecimientos, sin cerrar un tema concreto pero tampoco sin perder el sentido de la narración.
    Ha sido capaz de plasmar, con las palabras adecuadas, un conjunto de sentimientos y pensamientos que crean expectación al lector. Algo bastante difícil de conseguir. Resulta asombroso cómo se puede conseguir decir tanto, con tan poco.

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  7. El microcuento que más me ha sorprendido es "Amor no correspondido" de Paula Abad, y es que en el cuenta de forma muy sencilla lo que para muchos es ciencia ficción pero para otros no es algo tan lejano, los matrimonios concertados son más comunes de lo que realmente creemos y gracias a este relato podemos llegar a entender, de la manera más cercana que podemos llegar a imaginar, como se pueden llegar a sentir las personas que sufren esta injusticia amorosa.

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  8. Impresionante el poder que tiene Clara Martinez Martí para transmitir en tan pocas palabras. Ha conseguido crear una noticia en una obra de arte. Además hace que el lector se adentre en la lectura, sugiriéndole hechos. Acaba de forma sorprendente, con un desenlace que el título no termina de explicar. Y es que juega con la profesión de Baset, fotógrafo, ya que al ver la muerte, la retrata.

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